Se acaba de poner toda la maquinaria en marcha. Vamos a por el “ting”. De manera sorprendentemente sobria he iniciado un momento microondas de los gordos, de esos que se merecen hasta un post. 😉
Me siento tan orgulloso de cómo lo he planteado, del modo en que lo he iniciado y la voluntad con la que estoy decidido a llegar al final de este proceso que ni siquiera quiero que nadie me desmienta la situación desencadenante.
Me explico: Creo que es tan importante que trabaje esta emoción, que no quiero saber si esta situación que ha disparado este proceso es real o fruto de imaginaciones mías. Además, creo que no debería influenciar en cómo se desarrollen ciertos acontecimientos y, por ello, he decidido mantener en mi intimidad personal las razones por las que me he metido en este berenjenal emocional y no lo compartiré aún con ella. Voy a esperar a ver cómo evoluciona tanto lo mío, mi gestión emocional, como lo de ella.
Para hacerse una idea de la dicotomía interna que tengo, es como si me estuviera enrolando en una ventura con uno de mis más acérrimos enemigos como compañero para unir fuerzas contra algo más grande aún… Es tan extraño e ilógico lo que estoy diciendo como parece, o más.
Sigo.
También hay un punto medio masoquista porque estoy disfrutando poniéndome a prueba al imaginarme situaciones que consiguen despertar terribles temores. Pero es que sólo así, enfrentándome a ellos, conseguiré superarlos. Y si al final resulta que sólo fue fruto de mi imaginación, todo eso que habré avanzado. Nada de lo que me haga crecer habrá sido en balde.
Hoy ha sido para él y yo lo asumo. Ella es libre de ofrecerse a quien ella decida y yo adoro esa libertad suya porque forma parte de ella, de quién es, de cómo es, de quien conocí y de quien me enamoré. Sus alas, a las que tantas veces me he referido, la hacen libre, hermosa y valiosa.
Ahora mismo estoy esperando su llegada. En breves instantes la tendré aquí, conmigo y se ofrecerá a mí. Vuelve a mi jaula de oro que ha tenido y seguirá teniendo en todo momento la puertecita abierta. Cuando llegue nos besaremos, follaremos y amaremos. Cuando llegue compartiré todo esto que estoy escribiendo, le compartiré mi momento microondas porque es gracias a ella que estoy haciendo este proceso. Porque ella hace que mi alma sea más grande.
Me parece muy sabio el hecho de trabajar una emoción sea real o fruto de nuestra imaginación ponerte a prueba al imaginarte situaciones que consiguen despertar nuestros miedos. Porque efectivamente, sólo así, enfrentándote a ellos, conseguiremos superarlos.
Es algo que debería trabajar más a menudo. Y efectivamente, ser consciente de que mis pensamientos pueden o no corresponderse con la realidad y no creer que son reales al 100%… Entiendo la teoría, me resulta muy difícil su práctica.
Sabes? Estoy acostumbrada a otro tipo de relaciones y me alegra enormemente escucharte y leerte así, tan libre, con tanto amor y tanta profundidad. Es un amor real en el que aceptas a la persona tal cómo es y deseas su felicidad por encima de todo, a pesar de que a veces tengas que gestionar personalmente las emociones que los hechos te hagan sentir, que es a la vez lo que hace que tu alma engrandezca.
Me encanta especialmente esta frase: ”Ella es libre de ofrecerse a quien ella decida y yo adoro esa libertad suya porque forma parte de ella, de quién es, de cómo es, de quien conocí y de quien me enamoré. Sus alas, a las que tantas veces me he referido, la hacen libre, hermosa y valiosa”.
Me doy cuenta de lo que me apetece amar y que me amen así, por que hasta hace poco, nunca lo había contemplado.
Me encanta tu post, lo que me gustaría es poder tener mi momento microondas de que tanto ella, como tú, volvéis con la puerta abierta y sois tan importantes el uno para el otro, os hacéis sentir especiales, y eso es lo que me gustaría sentir a mí, no sentir el miedo de que cuando vuelva yo soy una más… Simplemente maravilloso, gracias
Gracias por enseñarnos tu yo más profundo y más intimo.