Estando en la cama contigo me di cuenta que ya solamente existe un sitio en el que no nos sentimos extraños cuando estamos juntos, donde nos entendemos hablando y sin hablar, donde no hay conflictos, donde no hay daños ni reproches ni necesidad de exigir nada porque todo nos sale dárnoslo de forma natural. Entonces; ¿por qué no asumirlo? Si no podemos tener nada más, ¿por qué hay que tener nada más?
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Dulzura perversa
Después de una cena veggie llena de «¿cómo coño han hecho esta tortilla de patatas tan buena sin huevo?» y «¿en serio esto no es pollo?» y «joder, voy a reventar», salimos prácticamente rodando del Enjoy Vegan del barrio del Born divagando entre irnos a tu casa con tu chico o dar una vuelta para rebajar la comida y esa inocentemente llena de picardía propuesta tuya de «¡vamos a tomar algo a un sitio muy chulo!» que a mí me acaba de parecer perfecta porque quiero ir a algún sitio y charlar un poco pues me apetece más cita contigo. Continuar leyendo «Dulzura perversa»
Dos Venus de la mano
No era la primera vez que tocaba su cuerpo perfectamente esculpido, acariciaba su piel decorada por varios insinuantes tatuajes o me enredaba entre sus rizos rojo fuego que me recordaban cuán ardiente puede llegar a ser esa mujer. Ya conocía de su entrega apasionada al haber presenciado, cuando aún éramos desconocidos, cómo prácticamente consumía a cinco hombres a la vez, hombres que quedaban exhaustos en su empeño vagamente exitoso de saciarla. Continuar leyendo «Dos Venus de la mano»
Ni su voz ni su nombre
Estoy en Torrevieja donde vengo de vez en cuando a visitar a una amiga muy especial. Hoy, otra vez, he tenido que salir de casa de ella porque va a venir un chico con el que se está enrollando y se ve que al chico, si se encontrara al amante con quien se acuesta su amante cuando él está con su novia, le estallaría la cabeza… irónico, sí, pero es lo que hay. Así que me toca buscar cómo pasar el rato en la calle mientras ellos se embisten cariño y se besan mordiscos. Continuar leyendo «Ni su voz ni su nombre»
Quiero volver a verte sonreírme así
La página que precede a este texto en mi libreta está arrancada porque no he podido ni he querido evitar darle la siguiente nota a una bellísima chica de tez latina y cuerpo sensualmente curvilíneo que, sentándose frente a mí en el tren camino a Barcelona, me ha esbozado una maravillosa sonrisa que me ha cautivado por completo: Continuar leyendo «Quiero volver a verte sonreírme así»
Diecisiete años tarde
Diecisiete años tarde te escribo esta carta que deberías haberte encontrado en la puerta de tu casa tal como esperabas bajando a toda prisa las escaleras para que nadie se te adelantara. Continuar leyendo «Diecisiete años tarde»
En Cala Morisca no es el sol lo que calienta
Cala Morisca, domingo 7 de junio de 2015, diez y media de la mañana.
¡Wow! Voy a describiros la escena que se esta produciendo justo a unos diez metros en enfrente de mí: Continuar leyendo «En Cala Morisca no es el sol lo que calienta»
Tu capacidad infinita de amar
No te conozco de nada y sigo sin saber de ti más que tu capacidad infinita de amar, porque lo veo. Veo cómo eres capaz de superar tu pánico a volar por atender a tu hijo de apenas dos años que ahora duerme bajo tu atenta mirada. Yo no puedo dejar de observarte y vivir, desde donde estoy, este cariño como si fuera mi piel la que acaricias con tal suavidad. Continuar leyendo «Tu capacidad infinita de amar»
Vivirlo contigo
Acabábamos de follar, esa prácticamente desconocida y yo yacíamos desnudos en la gigantesca cama de mi habitación de hotel completamente exhaustos, recuperábamos el aliento mientras notábamos enfriarse nuestros cuerpos por el efecto del aire acondicionado que nos protegía de los treinta-y-cinco grados que azotaban el cristal de la ventana sin cortinas. Ventana por la que cualquier mirada indiscreta habría podido disfrutar del espectáculo que hubiera acontecido pocos minutos atrás. Continuar leyendo «Vivirlo contigo»
Adicto
En reiteradas ocasiones he creído ser adicto al sexo; buscarlo desesperadamente, ocupar mi tiempo y mi mente prácticamente en su totalidad para conseguir un encuentro sexual que finalmente no me satisfará, no me saciará y me frustrará.
Pero ayer descubrí que no, que mi adicción no es al sexo, que mi adicción es ella, a su sexo. Continuar leyendo «Adicto»